Historia

LAS PALOMERAS

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No existe ningún documento o escrito que confirme cuando fueron creadas las palomeras. La primera mención que aparece sobre las palomeras es de 1378 y se encuentra en la cámara de cuentas de Panplona. En los papales de pleitos del año 1487 del obispado de Pamplona también se hace mención de las palomeras de Etxalar.

Desde los años en que aparece la primera información sobre esta modalidad de caza, hasta los días en los que nos encontramos, los dueños de las palomeras de Etxalar han sido siempre la casa Gaztelua y el pueblo de Sara. Aparecen menciones sobre ambos, en escritos con más de 300 años. A partir del año 1812, la casa Iguzkiagerrea se unió a los antes mencionados, después de comprar los derechos y la propiedad de la red Elutsa, incluyéndose en el trato la parcela, herramientas, etc., a la casa Petrisantzenea.

En lo referente a situación, estas se encuentran ubicadas en la frontera, y por esta razón a lo largo de su historia, los palomeros debían pedir permiso para cazar con las redes. Por otro lado, excepto en la guerra entre Francia y España, en las demás; la Carlista, las dos guerras mundiales y en la civil, se siguió cazando en las palomeras de Etxalar.

Crónica de 1974

Las palomeras por apartados…
Las redes

Tal y como aparece en los escritos sobre palomeras del S. XIX, en aquellos tiempos solamente se ponían 4 redes. Los dueños de estos eran de Etxalar y del pueblo de Sara. Este último representaba al rey o al gobierno Francés y eran dueños de las redes Kalamua y Monua.

Por parte de los de Etxalar se diferenciaban dos casas, por un lado la casa Iguzkiagerrea dueña de la red Elutsa y por otro lado los de Gaztelua poseedores de la red Miarra. A partir de finales de siglo XIX, el pueblo de Sara puso en alquiler sus redes. En el 1869 se puso la quinta red de nombre Fortuna. Posteriormente, sobre el año 1920 la conocida como Lakaina.

Antaño las redes se confeccionaban en las mismas palomeras con hilo traído de Francia y San Sebastián, y estas solían durar unos 8-10 con arreglos incluidos. Las que se utilizan hoy en día en cambio, pueden durar hasta 10 años, y con arreglos algún año más.

Las trepas

Comparando la situación o colocación de las trepas del S. XIX con las de hoy en día, la de antaño era más amplia, dicho de otra manera, el embudo que formaban entre las trepas era mucho más grande (2km de ancho) que el de hoy en día, ya que lo conformaban entre 11 trepas y abatas. En el año 1971 tres de estas últimas fueron suprimidas, Abat-arri, Domikua y Arrikua, cuando la parte de atrás de estos, el collado de Gaztain-lepo, se lleno de cazadores. Ahora en este lugar se ponen los cazadores de Iparralde.

A continuación las trepas y las abatas que los palomeros empleaban en esa época:

  • Abat-arri: Se trabajaba con turuta y chatarra
  • Domikua: Con chatarra
  • Arrikua: Con chatarra
  • Larrekua: Con chatarra y corneta
  • Idoikua: Con chatarra y paletas
  • Belata: Con chatarra y paletas
  • Trepa: Con corneta y paletas
  • Trepagibela: Con paletas
  • Haritzeko trepa: Con paletas
  • Gibel trepa: Con paletas

La situación de las trepas y los puestos antaño

En esa época en total trabajaban 13 palomeros; 4 en las redes, 3 subidos en las trepas y los otros 6 repartidos en las abatas.

Relatos de caza
No solamente palomas

En un tiempo aparte de palomas, también se cazaban tortolas y becadas con las redes. Estas últimas se cazaban al amanecer y al anochecer. Las capturas no solían ser grandes; en 1873 se capturaron 20. Las tortolas en cambio se capturaban en mayor medida e incluso en alguna temporada se cazaron más que palomas. El record de tortolas capturadas está en el año 1897 con 337 docenas. La temporada para la caza de esta ave comenzaba el día de la virgen, 15 de agosto, y finalizaba el día San Miguel, 29 de septiembre. Las redes que se empleaban para cazarlas tenían los cuadros más pequeños que los de paloma. A partir del año 1925 se dejó de capturar tortolas con redes.

Temporada de paloma

Por otra parte la temporada de paloma en los primeros años del S. XIX, solía comenzar el día San Miguel, cuando finalizaba la temporada de tortolas, y finalizaba el día San martín, 11 de noviembre. A pesar de que en estos dos últimos siglos el número de capturas ha sufrido bastantes variaciones, comparando las capturas de antaño con las de ahora, se aprecia que entonces eran mucho más abundantes. En toda la historia de las palomeras los mejores años, en lo que a capturas se refiere, fueron los comprendidos entre 1933 y 1955. En este margen de tiempo fueron muchos las temporadas en las que se superaron las mil docenas; los hubo de hasta 1400, 1500 y 1600 docenas. En una tarde de 1950 se cazaron 200 docenas.

Capturas.

Después de esa época dorada, la cantidad de capturas al igual que la caza, fueron disminuyendo. Hoy en día una temporada de 100 docenas se considera buena, e incluso con menos también.

Sueldos de los palomeros

En lo referente al sueldo, antaño no era como hoy en día con una pequeña remuneración. Antiguamente lo que se cazaba se repartía o lo que se conseguía a cambio de la venta de las palomas. A la hora de hacer el reparto, solía haber una especie de normativa en la cual se tenía en cuenta el trabajo que desempeñaba el palomero y su experiencia.

Según fueron transcurriendo los años, los repartos fueron cada vez más parejos. Repartos. A partir del año 1970 todos los palomeros han tenido el mismo sueldo o remuneración.

Como solución a los numerosos conflictos y disputas que surgían en aquellos tiempos entre los palomeros y cazadores, los palomeros y dueños de las palomeras decidieron crear en 1906 una normativa para regular funcionamiento y mejorar el ambiente de las palomeras.

 

Las rentas

A pesar de que por lo general la relación con el pueblo de Sara era buena, a la hora de pagar la renta solían surgir numerosas disputas. La renta se debía pagar porque las trepas, y  parte del trabajo, se llevaban a cabo en tierras de Sara. El pago, tanto en dinero como en palomas, se hacia en el monte Nabarlasa, que esta en la frontera de ambos pueblos.

 

A parte de esto, también debían abonar la renta de dos redes, Monua y Fortuna, que pertenecían estas también al pueblo de Sara. Esta renta la abonaban casi siempre con dinero; en el año 1863 se abonaron 54 francos. Año tras año en la renta se daban subidas, y no pequeñas. Esto enfadaba a los vecinos de Etxalar, además de provocar discusiones.

A lo largo de la historia se firmaron numerosos pactos de trabajo (1826) y convenios para el funcionamiento de las palomeras.

Los asuntos de ventas también era otro tema que provocba enfrentamientos entre los de Sara y Etxalar. En un momento dado las palomeras estuvieron a punto de convertirse en un cazadero para escopetas. Por suerte, esta transformación no se dió y hoy en día se sigue manteniendo el convenio firmado el año 1984.

En lo referente a la renta, hoy en día se abona en relación a lo capturado y no se dan los conflictos que surgían antaño entre ambos bandos. Además hoy en día la firma del convenio entre los pueblos de Sara y Etxalar se lleva a cabo en una fiesta que viene celebrandosé desde haces unos en el alto de Lizaieta, situado junto a las palomeras de Etxalar conocida esta como la Fiesta d ela latradición de las palomeras el domingo previo al incio de la temporada de las palomeras.

Las ventas

A lo largo de la historia de las palomeras, las gentes de Lapurdi, sobre todo los vecinos del pueblo de Sara, han sido los que más palomas han comprado. En el año 1873 de 241 docenas que se capturaron, 182 se vendieron en Sara. En este mismo siglo, el club Real Sport de San Sebastián, se llevó tortolas y palomas capturadas en las redes de Etxalar, como pasa tiempo para los tiradores. También se vendía mucho a las capitales de alrededor. Hoy en día los compradores siguen siendo casi los mismos: gente de Lapurdi, restaurantes famosos, para la caza con reclamo, etc.

Los precios de estos, al igual que la vida, han ido subiendo, diferenciandose en todo momento el precio del ejemplar de paloma viva con la muerta.

A continuación, estos son algunos precios que se han dado a lo largo de la historia; En 1852 un par de palomas (muertas) costaban 14 reales de vellon, en 1920 una viva valía 7ptas, en 1978 una viva costaba 1500ptas y la muerta 275 ptas, el año 1984 una viva 3300 ptas y muerta 800 ptas, y así hasta los precios de hoy en día.

El pueblo

Con el paso de los años el pueblo fue tomando cada vez más importancia en las palomeras; en algunos años ayudó a pagar la renta que se debía abonar al pueblo de Sara.

En años anteriores, la relación entre el pueblo y las palomeras solía ser bastante floja, principalmente porque las palomeras eran privadas. A pesar de todo, en los conflictos que surgían con los Guardía Civiles o los cazadores, el ayuntamiento siempre apoyaba a los palomeros.

Finalmente, los miembros de la sociedad de palomeras viendo las discusiones y disputas que surgían, pidieron ayuda al ayuntamiento. Desde aquel momento hasta estos días, el ayuntamiento es el responsable de los puestos de caza con escopeta.

Escopetas

A lo largo de la historia de las palomeras, la caza con escopeta y el sistema tradicional de caza con redes, a pesar de ser dos modalidades muy dispares, han convivido siempre. En esta convivencia se pueden diferenciar dos etapas. Por un lado la anterior al año 1932 y por otro la posterior a este mismo año.

En la primera etapa, para poder cazar, había que tener el permiso de la familia Gaztelu. Como siempre, no faltaban las disputas entre dueños de las redes y cazadores, a pesar de que en aquel entonces existía una normativa de funcionamiento, que para algunos de los cazadores no existía.

En la segunda etapa en cambio las cosas fueron mejor. Desde esa época, el ayuntamiento se hace cargo de los puestos comprendidos entre Lizarrieta y el collado de Gaztain-lepo, cambiando el sistema de sorteo existente en aquel entonces por el de subasta. Hoy en día, el funcioanmeinto sigue igual y como cada año son un gran número los cazadores que se acercan al monte Iarmendi.