Del infierno

Patrimonio arquitectónico

– Molino del infierno

MOLINO DEL INFIERNO

Durante años el molino perteneció a la villa de Etxalar y al Valle del Baztán. El motivo de esta, era porque el molino por un lado se apoya en tierras de Etxalar  y por otro lado en tierras del valle de Baztan. Por debajo pasa el río que, con la fuerza que toma en la pequeña cascada bajo el molino, mueve la piedra para moler. En sus inicios, se construyo sobre tres troncos que cruzaban el río y se le hicieron paredes de madera. En el siempre trabajaban molineros de los caseríos de alrededor, en ocasiones de día, de noche cuando estaba prohibido utilizar el molino y de día y noche cuando la necesidad así lo requería. Según fueron pasando los años, el molino trabajaba cada vez menos, algún vecino de alrededor seguía utilizándolo, pero en contadas ocasiones. Hubo un momento en el que estuvo a punto de caerse.

A finales del S. XX, el dueño del restaurante Etxebertzeko borda, situado a unos 20 min. a pie desde este lugar, se hizo con el molino, resucitando el edifico y sus alrededores, convirtiendo el lugar en un sitio de interés cultural e histórico. Para visitar el molino hay dos rutas diferentes, una parte de Etxalar y la otra de Baztan. Ver la ruta.
Historia

El Molino construido en la época carlista, desempeño un papel importante para los soldados que se encontraban dispersos por los montes de alrededor (Aizkolegi, Alkurruntz y Barda), ya que en él conseguían la harina necesaria para subsistir. Una vez pasadas todas las guerras, gentes del Baztan y de los pueblos de alrededor se acercaban con sus burros cargados a moler sus granos. Los trabajadores del mismo, es decir los molineros, tenían buena fama por su limpieza y fidelidad.